El término "quilate" tiene su origen en la leyenda del algarrobo, un antiguo cuento que influyó en la valoración de los diamantes. Según la leyenda, las semillas de algarroba tenían un peso constante, convirtiéndose en un punto de referencia fiable para pesar objetos preciosos, incluidos los diamantes. Un quilate equivale a 0,20 gramos, lo que hace que un diamante de cinco quilates tenga aproximadamente un gramo.

El quilate representa la medida del peso de un diamante, dividido en 100 "puntos". Por ejemplo, una piedra de medio quilate se considera un "diamante de 50 puntas". Aunque el precio de los diamantes aumenta con el peso en quilates, debido a que los diamantes más grandes son más raros, los quilates deben considerarse una guía, no el único determinante en su elección. El tamaño visible de un diamante no está estrictamente ligado al quilate; Las medidas, como el corte, juegan un papel importante. Un diamante bien tallado, incluso uno con un peso menor en quilates, puede parecer más grande y exhibir mayor brillo que un diamante más pesado pero con una talla menos favorable.